
Loli Molina es una cantante argentina de 23 años recién cumplidos que en 2008 lanzó su disco debut denominado "Los Senderos Amarillos". Este album es muy sofisticado y está muy bien trabajado, lo que indica el buen gusto de Loli a la hora de componer.
El disco comienza con el tema "Hasta el Mar", el cual ya le marca al oyente que se trata de una placa con tintes folk, tranquila y suave. En esta canción se puede apreciar el juego que Loli realiza con su voz y que se mantendrá de deliciosa forma durante todo el disco.
Al cambiar de track se observa una potente guitarra acompañada segundos después por una estupenda voz. Se trata de la canción "Vacío y Silencio", uno de los momentos más trascendentes del disco.
La suavidad se nota nuevamente con canciones como "Si" y "Cuandarbol", siendo este último el primer tema escrito por Loli. Respecto a la canción "Si" vale decir que es un tema muy bien logrado no sólo en cuanto a la música sino también en cuanto a su directa letra, la cual no tarda en llegar.
El track número 5 aparece con toques más rockeros y se denomina "Alma de Agua", otra canción en la que se aprecia la voz de Loli no sólo en suavidad sino también en potencia.
"Algo quizás" aparece con mucho ritmo. Es una canción necesaria en el disco que le aporta en melodía y calidad de acordes, además de un teclado muy bien colocado que alegra cualquier paladar musical. Otra de las mejores de este trabajo debut.
Una prolija intro señala que comienza una nueva canción. Esa prolijidad se nota en todo el tema pero acompañada de la hermosa voz de Loli. Esta romántica historia se llama "Bailo".
El track 8 es el elegido como segundo corte de "Los Senderos Amarillos" y se llama "Miel". Este tema tiene varias caracteríticas de corte de difusión con una estrofa bien definida y un estribillo limpio y muy bien mezclado en el que se aprecia una linda segunda voz.
Como destaque la contundencia de "Vacío y silencio", destaco la misma característica en la canción "Hamacas", un tema atrapante desde su arranque y con un estribillo único realmente en el que se luce mucho el bajo con una melodía bastante original a pesar de constar de sólo una frase, todo un mérito.
Después del mini track titulado "(¿vamos?)" llega el turno del cover del clásico de Boy George "Karma Chameleon" en una versión muy única con toques bien propios y mucha suavidad, rasgo que es una fija en todo el disco, además de lo bien que se luce la guitarra en la versión y el dulce estribillo.
"Ricardito" es la canción encargada de cerrar el disco y cumple muy bien con esto. Tiene una variada y original melodía además de una tierna letra. Consejo: dejen unos segundos la canción cuando ésta finalice, les va a hacer bien.
En síntesis, es un disco muy puro, llevadero, con muchas emociones y mucha paz. Es interesante contar con este tipo de trabajos en Argentina y este tipo de artistas jóvenes.